la papelera

martes, octubre 04, 2005

tierra media vertiginosa

por Beto Agudelo
Portador del Anillo
Tolcin Otornassë Esteldórë

-------Cuando la voz que siempre hemos soñado escuchar contándonos una historia empieza a sonar y la batalla de la Última Alianza explota en la pantalla, sabemos que es la Tierra Media de siempre la que veremos durante ciento sesenta y cinco minutos de emoción incontrolable.------


Una crítica a primera vista de la nueva versión fílmica de "La Comunidad del Anillo", primera instancia de la trilogía basada en la épica obra de J.R.R. Tolkien "El Señor de los Anillos", debería decir sólo una palabra: Magnífica. Pero, en vista de las fuertes polémicas generadas incluso desde cuando hace seis años surgió el primer rumor acerca de la realización de las películas, es necesario sustentar dicha calificación.
Lo primero que llama la atención - positivamente - es la cuidadosa meticulosidad sobre el contexto histórico creado por el autor, característica evidente desde los primeros minutos de narración. La excelente síntesis de la historia de los Anillos del Poder y de la batalla de la Última Alianza son sorprendentes, dada la costumbre de los cineastas de simplificar al máximo las historias subyacentes o precedentes para minimizar a la vez la realización de la historia central.
Es obvio que Peter Jackson es un enamorado de la obra de Tolkien y que el trabajo cinematográfico de "El Señor de los Anillos" responde más a un homenaje al autor británico capaz de hacer soñar a generación tras generación que a un ansia comercial. A pesar de ciertas críticas que ya desde el espectacular comienzo de la película reclaman la presencia de algunos personajes como el Rey Elfo Gil-Galad, es necesario recordar que la adaptación cinematográfica tiene fuertes limitantes de tiempo que hacen indispensable la eliminación de cualquier suceso o personaje cuya explicación, intrascendente dentro del contexto general de la historia, robe valiosos minutos - o aún segundos - a la duración del producto terminado, que, en este caso, es de ciento sesenta y cinco extraordinarios minutos.
Extraordinarios porque transcurren de manera imperceptible. Claro está, la magnífica velocidad narrativa hubiera sido del todo imposible sin numerosos sacrificios argumentales, de los cuales el más notorio y doloroso - según las palabras de propio Peter Jackson - es el de Tom Bombadil, un personaje tan encantador como misterioso que cincuenta años después de su inclusión en la trilogía literaria sigue haciendo que sabios y aficionados se devanen los sesos tratando de dilucidar su significado. Y es precisamente la gran cantidad de incógnitas que rodean dicho personaje las que lo hacen fílmicamente irrealizable: el público cinematográfico, a diferencia del literario, quiere respuestas inmediatas, no desafíos intelectuales.
Sin embargo, el esfuerzo de adaptación y realización de Jackson solucionó magistralmente los problemas derivados del exceso de personajes del libro original y la consiguiente abundancia de subtramas complejas que, aunque muy enriquecedoras literariamente, harían de una reproducción fílmica página a página algo fatalmente lento y aburrido.
La recreación visual de todas las características de la Tierra Media y sus habitantes fue realizada con precisión, lo cual no es de extrañar si se tiene en cuenta que Tolkien deja a la imaginación de los lectores en alto grado la apariencia de sus creaciones. Aspectos como el vestuario y la escenografía hacen que aún las imaginaciones más desbocadas se queden anonadadas por las creaciones cinematográficas finamente ejecutadas de la mano de la genial visión de los artistas conceptuales Alan Lee y John Howe.
Hablando en términos No-Tolkiendili (es decir, desde el punto de vista de quien, a través de la película, se acerca por primera vez a la Tierra Media y las creaciones de J.R.R. Tolkien), el espectador se encuentra con un cuento de hadas con todos los elementos de magia, heroísmo, drama y suspenso necesarios para sumergir en la historia al más exigente buscador de aventuras. Los personajes, maravillosamente presentados, se revelan como caracteres complejos, un poco indefensos ante los hilos del Destino que ha encaminado sus vidas hacia el cumplimiento de una misión tal vez demasiado difícil para ellos... circunstancia ante la cual no darán el brazo a torcer ni bajo los peores golpes del enemigo.
El protagonismo compartido de nueve seres tan distintos pero unidos por el ansia de derrotar la Oscuridad se presenta gradualmente: si en un principio la atención se centra casi exclusivamente sobre los Hobbits, los acontecimientos mostrarán que todos los personajes tienen la misma importancia a pesar de su participación aparentemente colateral. Es el caso de Boromir, por ejemplo, cuyo violento conflicto interno de lealtades no se revelará sino hasta los últimos y dramáticos momentos de la cinta. Otros integrantes de la Comunidad del Anillo, como el elfo Legolas o el enano Gimli, deberían encontrar sus máximos rangos expresivos en las restantes intancias de la Trilogía.
En cuanto a los efectos visuales, existen algunos errores que, para ojos avezados a los detalles técnicos, son bastante notorios, si bien la espectacularidad global del trabajo hace que esos detalles pasen casi siempre desapercibidos, sobre todo para el Gran Público, el más estricto de los críticos. En términos generales, a pesar de las fallas, la calidad de los efectos es suficiente como para hacer de la película el germen de un fenómeno parecido al generado hace treinta años por Star Wars.
A propósito de lo cual, George Lucas debe estar ahora tirándose de sus ya canosas barbas (envidiables para cualquier enano) pensando en cómo podría su Episodio II, que falla desde el título de película BEM de los cincuenta (“El Ataque de los Clones”) y con un antecedente pobre en "La Amenaza Fantasma", competir el próximo Mayo con una producción que ya está dando de qué hablar y que para empezar ha batido los records de taquilla de Harry Potter - anotando que, a despecho de quienes así lo han querido hacer creer, “The Lord of the Rings” NO ES una película infantil - y que ha disparado a cifras exorbitantes las ventas de un libro que ya desde su lanzamiento en 1954 fue considerado como Best Seller.






Ficha Técnica

The Lord of the Rings
The Fellowship of the Ring

Dirigida por Peter Jackson

Producida por Peter Jackson, Michael Lynne y Mark Ordesky

Basada en la novela original de J.R.R. Tolkien

Adaptada por Frances Walsh y Peter Jackson


Protagonizada (entre otros) por:
Elijah Wood como Frodo Baggins,
Ian McKellen como Gandalf el Gris,
Billy Boyd como Peregrin 'Pippin' Took,
Dominic Monaghan como Meriadoc 'Merry' Brandybuck,
Viggo Mortensen como Aragorn/Strider (Trancos),
Sean Astin como Samwise 'Sam' Gamgee,
Liv Tyler como Arwen Undómiel,
Ian Holm como Bilbo Baggins,
Orlando Bloom como Legolas Greenleaf,
Christopher Lee como Saruman el Blanco,
Cate Blanchett como Galadriel,
Sean Bean como Boromir,
John Rhys-Davies como Gimli,
Andy Serkis como Gollum,
Hugo Weaving como Elrond el Medio Elfo.


Música Original por Enya (canciones) y Howard Shore


Efectos Visuales por WETA Workshop